HISTORIA DE DRAGONES

por Maga Ben Oxlahun

En el principio de los tiempos el Rey Dragón conquistó la Tierra.

El Rey Dragón era un monarca justo y benevolente y administró sus dominios para que estos se desarrollaran con prosperidad y belleza y así gobernó por muchos años junto a su amante esposa: la Reina Roja.

El Rey Dragón era adorador de Chicchan, la serpiente, y  ésta, en recompensa a su entrega, lo colmó con todos sus dones: la Fuerza vital, el Instinto y el poder de la Supervivencia.

Pero con el pasar del tiempo un evento oscureció la felicidad de la pareja real.

En una gran fiesta de la corte, el rey conoció a una joven de la que quedó prendado y esto desató los celos de su esposa.

Las desavenencias del matrimonio real se sucedieron una tras otra hasta que el rey decidió desterrar a la reina para contraer nupcias con su nuevo amor.

Para esto la confinó en una torre alejada del palacio, custodiada por sus centinelas reales y a la que nadie más que él podía ingresar.

La reina, desesperada de dolor, invocó la presencia de los dioses y era tal su desconsuelo que ellos se presentaron una noche en sus aposentos.

-Deseo que me lleven lejos de aquí- suplicó la reina- tan lejos donde ya no pueda ver más a mi amado, pues no soporto el dolor que me produce su abandono.

-Cumpliríamos tu deseo-dijeron los dioses-pero debes meditarlo muy bien ya que nunca más podrías volver a este  reino en el futuro.

                                                                                                    

-No me importa-dijo la reina secándose las lágrimas con un pañuelo de rica seda- daría cualquier cosa por alejarme de este lugar.

-Así será- decretaron los dioses- A partir de esta noche serás el “Caminante de los cielos”.

Han pasado muchas lunas  desde entonces y los ancianos cuentan a la luz de las fogatas que si en las noches claras miramos el firmamento y vemos cruzar el horizonte a una estrella fugaz, en su cola roja podremos distinguir los pliegues del vestido de la reina que desde entonces vaga por los cielos cumpliendo a su paso los deseos que le piden las jóvenes enamoradas.